Noche. Noche oscura. Oscura por la niebla que la acompaña. Noche en compañía de un puñado de buena gente. Noche de preguntas, muchas de ellas sin respuesta alguna. Sí, hoy es una de esas noches en las que te preguntas cómo a veces no te das cuenta de lo bonito que es vivir. Yo, personalmente, reconozco que me quejo, me quejo por cosas que esta misma noche veo distintas, las veo menos malas, las veo hasta divertidas. Decepcióname, adelante, no es la primera vez que me lo hacen. Pero esta noche, que la persona menos imaginada venga y me machaque, que no me quitará esta sonrisa. Esta estúpida sonrisa, que una noche más, nace gracias a ella. Es difícil describirla, casi imposible. Me llena, realmente lo hace, y no solo con escucharla, también leyéndola, cantándola, bailándola, escribiéndola, tocándola. La música puede sentirse de muchas formas, pero os aseguro, que la mía es la más completa. Y no es solo gracias a ella, simplemente pienso que esta noche, las estrellas se han alienado, y han decidido que por una vez, la suerte esté de mi lado.
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